Mandar mensajes de texto no es una actividad tan inofensiva como parece. Una investigación realizada en Estados Unidos encontró que las personas que usan este recurso demasiado seguido suelen tener dolores en el cuello y en los hombros.
Por lo general, ese tipo de problemas se asocia al trabajo en oficina y a las largas horas frente a una computadora. Para aliviarlos se aconseja realizar ejercicios o recurrir a un masajista, pero también se recomienda evitar las tensiones en vista de que este tipo de dolencia también se relaciona con el stress.
El nuevo estudio organizado por la Universidad de Temple, Filadelfia, encontró que muchas personas podrían reducir la incidencia de este mal si simplemente envían menos mensajes de texto a través de su celular.
La investigación se enfocó en los estudiantes universitarios, que representan una población que constantemente manda este tipo de mensajes. Notaron que cuanto más se aficionan a este hábito, más dolor sienten en su cuello y hombros.
Judith Gold, la principal autora del estudio, aseguró que esta actividad está causando en los jóvenes de 18 a 21 años de hoy, lo que años frente a la computadora generó en quienes ya son adultos más grandes.
La especialista en ergonomía y fisiología explicó que se utilizaron cámaras infrarrojas, tecnología de análisis de movimiento y monitores del ritmo cardíaco para estudiar las posiciones del cuerpo en distintos momentos. Recalcó que los hombros y la espalda quedan estáticos mientras los dedos se mueven rápidamente tanto al enviar mensajes de texto como al escribir en la computadora, por lo cual se puede inferir que los daños que generan ambas actividades son similares.
Actualmente se sabe que quienes pasan largas horas sentados frente a la PC tienen mayores posibilidades de desarrollen bursitis, síndrome de túnel carpiano y tendinitis, por lo que Gold subrayó que enviar demasiados mensajes de texto también pone a las personas frente al riesgo de sufrir daños serios.
Advirtió que el envío de mensajes de texto es una nueva tecnología cuyos efectos en el cuerpo todavía no se estudiaron a fondo, por lo que se debe investigar sus efectos a largo plazo en la salud. Cuidense si no quien nos cuida.
Por lo general, ese tipo de problemas se asocia al trabajo en oficina y a las largas horas frente a una computadora. Para aliviarlos se aconseja realizar ejercicios o recurrir a un masajista, pero también se recomienda evitar las tensiones en vista de que este tipo de dolencia también se relaciona con el stress.
El nuevo estudio organizado por la Universidad de Temple, Filadelfia, encontró que muchas personas podrían reducir la incidencia de este mal si simplemente envían menos mensajes de texto a través de su celular.
La investigación se enfocó en los estudiantes universitarios, que representan una población que constantemente manda este tipo de mensajes. Notaron que cuanto más se aficionan a este hábito, más dolor sienten en su cuello y hombros.
Judith Gold, la principal autora del estudio, aseguró que esta actividad está causando en los jóvenes de 18 a 21 años de hoy, lo que años frente a la computadora generó en quienes ya son adultos más grandes.
La especialista en ergonomía y fisiología explicó que se utilizaron cámaras infrarrojas, tecnología de análisis de movimiento y monitores del ritmo cardíaco para estudiar las posiciones del cuerpo en distintos momentos. Recalcó que los hombros y la espalda quedan estáticos mientras los dedos se mueven rápidamente tanto al enviar mensajes de texto como al escribir en la computadora, por lo cual se puede inferir que los daños que generan ambas actividades son similares.
Actualmente se sabe que quienes pasan largas horas sentados frente a la PC tienen mayores posibilidades de desarrollen bursitis, síndrome de túnel carpiano y tendinitis, por lo que Gold subrayó que enviar demasiados mensajes de texto también pone a las personas frente al riesgo de sufrir daños serios.
Advirtió que el envío de mensajes de texto es una nueva tecnología cuyos efectos en el cuerpo todavía no se estudiaron a fondo, por lo que se debe investigar sus efectos a largo plazo en la salud. Cuidense si no quien nos cuida.
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